LA CATEDRAL

El convenio firmado en el año 1234 por Guillermo de Montgrí, Pedro de Portugal y Nunó Sanç, futuros conquistadores de las islas Pitiusas, fijaba como una de las primeras obligaciones la creación de una parroquia dedicada a Santa María, en la Villa de Eivissa.

Esta parroquia ya fue una realidad, una vez asumida la conquista, el 8 de agosto del año 1235. En un primer momento se instaló en un edificio anterior, tal vez una mezquita musulmana readaptada al culto cristiano, aunque nunca ha podido demostrarse este hecho, a pesar de haberse realizado numerosas investigaciones arqueológicas.

Los datos al alcance indican que a una construcción preexistente se le añadió por el lado de levante toda la unidad formada por el campanario de planta trapezoidal y el ábside poligonal con las cinco capillas. Se trata de una construcción muy maciza, de estilo gótico clásico, levantada en el siglo XIV.

De este campanario, además, es necesario remarcar el importante conjunto de campanas de los siglos XVI y SVII, restauradas hace poco por la Consellería de Patrimonio. Está considerado por los entendidos como uno de los más relevantes en su género.

Se sabe que en el año 1435 la iglesia tenía cinco capillas dedicadas a San Jaime y San Miguel, a Santa Tecla y San Antonio, a San Juan Bautista y San Juan Evangelista y a San Pedro y San Pablo.
Una nueva nave fue construida a finales del siglo SV, rematada con la capilla Fonda, que hicieron els francolins, el año 1538.
En el siglo SVIII se aprovechó el mal estado del templo, principalmente de sus cubiertas, para realizar una gran reforma del edificio. Las obras fueron dirigidas por Jaume Espinosa y Pere Ferro 'obrers de la vila' y transcurrieron entre 1715 y 1728.

Eivissa

En el año 1782 el papa Pío VI erigió la sede episcopal de Eivissa y la iglesia medieval, renovada, se convirtió en la Catedral, que tendría que permanecer perpetuamente sufragánea de Tarragona, igual que había sucedido en su estado anterior de parroquia, a causa de la vinculación de los antiguos conquistadores.
La catedral conserva numerosas obras de arte, entre las que destacan una custodia gótica de plata dorada, hecha por Francesc Martí en el 1399, dos tablas góticas de Santa Tecla y San Antonio, pintadas por Francesc Comes en el siglo XIV y otras dos, en este caso del siglo XV, del maestro Valentí Montoliu, que representan a San Jaime y San Matías.

Plaça de la Catedral      Eivissa

Horario de misas -  domingos y festivos: 10,30h

Abierto todo el año   Eivissa

 

 

 

 

DALT VILA

La ciudad de Eivissa mira hacia el mar y también hacia la acrópolis. La fortaleza de Dalt Vila está integrada en la vida cotidiana de sus gentes, desde el desayuno a las compras pasando por las copas, y constituye el marco incomparable de los grandes eventos artísticos, sociales y culturales de la isla. La muralla renacentista está constituida por siete baluartes. El de Sant Pere, también llamado Es Portal Nou, es una de las entradas al recinto, junto al parque Reina Sofía. En este acceso se colocaban los soldados para hacer frente a los enemigos y hoy en día es escenario incomparable de conciertos al aire libre.

Otra puerta de acceso a Dalt Vila es el Portal de ses Taules, donde se ubica el espectacular patio de armas y, a continuación, la Plaça de Vila, llena de coquetos restaurantes, galerías de arte y tiendas de artesanía, rodeadas por un marco de piedra que respira historia por todas las grietas. Siguiendo el ascenso, se encontrarán con la calle de Sa Carrosa, desde donde podrán acceder al baularte de Santa Llúcia, que acoge el antiguo polvorín, que data del siglo XVIII. Es otro lugar fantástico para contemplar la maravillosa vista del puerto de Eivissa y la bahía. A mitad de camino encontrarán una estatua de bronce sentada en un banco. Se trata de don Isidor Macabich, sacerdote e historiador que profundizó como antes nadie había hecho en las raíces del pasado de la isla. Desde su actual enclave, saluda a los visitantes y les invita a hacer un alto en el camino para mirar alrededor y saborear el legado histórico y cultural de Ibiza.

Todo el recorrido está señalizado. El tramo de muralla que va desde este baluarte al de Sant Jordi pasa por la Ronda Calvi, donde pueden observar restos de la antigua muralla musulmana desenterrados por los arqueólogos. El siguiente baluarte, el de Sant Bernat, ofrece una vista sin igual hacia Formentera y Ses Salines, desde donde la artillería se preparaba para la defensa de los ataques marítimos. Justo debajo, se encuentra el túnel de Es Soto Fosc, un pasadizo que conduce fuera del recinto. El Baluarte de Santa Tecla está ubicado al Este de la Catedral y desde ahí continúa un breve tramo de la muralla que acaba confundiéndose con el acantilado, que hace las veces de muralla natural y de privilegiado mirador hacia el mar. Debajo del revellín existe un túnel que conduce hasta el Ayuntamiento de Eivissa.


Continuando el recorrido se llega al baluarte de Sant Joan, que fue adaptado en los años 60 como nueva entrada a Dalt Vila también para vehículos, aunque sólo tienen acceso hasta allí los residentes residentes y los clientes alojados en los hoteles de la zona. Es necesario disponer de una tarjeta que concede el Ayuntamiento para entrar con coche.

La construcción de la muralla renacentista de Eivissa se inscribe dentro del plan de modernización de las defensas costeras del Mediterráneo, impulsado por Carlos I y Felipe II para mantener y defender los territorios de la Corona española en una época de conflictos bélicos con Francia y el imperio otomano.

Cuando los piratas turcos y berberiscos entraron en declive y la isla dejó de ser el blanco de nuevos ataques, la acrópolis quedó en pie para la posteridad como testimonio de aquella época y hoy es Patrimonio de toda la Humanidad, por declaración de la Unesco.

DALT VILA.

Ruta Desconocida

Esta ruta está ideada para pasear y perderse en el encanto de las callejuelas medievales de Dalt Vila. Se inicia el paseo por el Pasaje de Simó Pouet y girando a la derecha para llegar a la Plaça de Vila, antiguo mercado conocido también con el nombre de Plaça de les Ferreries, en el que encontraremos tiendas, terrazas de bares y restaurantes.Se continúa por la Calle de Santa Creu hasta las de Sant Antoni y Santa Ana. La estrechez de estas calles, su configuración arquitectónica y su pavimento de piedras son algunos de los elementos que ayudan al visitante a evocar tiempos pasados.

Tras este apacible recorrido se llega a la escalinata del Portal Nou, la cual nos conducirá a Sa Carnisseria, lugar donde se sacrificaban los animales y se vendía su carne. Tras girar a la izquierda se continúa por la Calle Sant Josep donde se conserva un tramo de la muralla medieval y dos torres, la XX y la XXI. Al final de la calle se halla la Iglesia del Hospitalet, actualmente utilizada por la comunidad ortodoxa. Siguiendo por la Calle de Santa Faç se llega hasta el antiguo seminario, antigua residencia de los jesuitas, y a la Calle Conquesta, una de las más curiosas de Dalt Vila por tener su particular “Paseo de la fama”, donde en la pared de esta calle algunas celebridades del mundo del cine han estampado sus manos en cemento.

Bajando por la Calle Joan Roman se llega a la Calle Pintor Mariano Tur que conduce a la Calle Santa Maria, ubicada al pie de la muralla renacentista, y muy cerca del Palacio de Can Botino, donde se han descubierto restos de hábitats y enterramientos de la época púnica.Prosigue la ruta hacia la Portella d’en Serra (”Sa Portella”), puerta del primer recinto de la muralla musulmana, que conduce a la Calle Major. Es esta la zona más silenciosa de Dalt Vila, con numerosos caserones señoriales de los siglos XV al XVII, como la Casa Bardaixí, la Casa Gotarredona o la Casa Balansat. Se llega a la Plaça de la Catedral, la parte más alta de Dalt Vila, donde se encuentran la Casa de la Curia, el Mirador del Rey Jaume I, el Museo Arqueológico, la Catedral y el Palacio Episcopal.Se inicia el descenso por la Calle Major, siguiendo por la Calle San Ciriac hasta el Convento de las monjas Agustinas (Convento de clausura) y, por la Calle de Joan Roman, hasta la Calle de Ponent que conduce a la Plaça d’Espanya.

Tomando la Calle General Balanzat se llega hasta la Calle Ignasi Riquer y a la Plaça dels Desamparats. Se gira a la izquierda y se llega a la Plaça de Vila y al Patio de Armas que llevan al final del recorrido, el Portal de Ses Taules, puerta principal del recinto amurallado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jaume Riera        WhatsApp  675 867 689

 

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